La arquitectura del sistema socio-técnico dominante debe cambiar por una nueva estructura radical en la que, sí, se continúe innovando, pero “tratando de solucionar todo lo que hemos echado a perder”, dijo la Dra. Carmen Bueno Castellanos, investigadora de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
En su ponencia ‘Innovación transformadora. Enfoque generador de acciones para atender la Agenda 2030’ –organizada por el Centro Internacional de Investigación de Economía Social y Solidaria y la Maestría en Creación y Desarrollo de Empresas Sociales y Solidarias–, la especilista explicó que el modelo de desarrollo, innovación, ciencia y tecnología emergente que ella propone fortalecer, es el que favorece el bien común y la sustentabilidad ambiental.
Este modelo innovador se caracteriza por ser incluyente, promover la economía circular, cuidar la ecología –al no generar tantos desechos, con el fin de cuidar la calidad del aire y del agua– y tener una visión de futuro, detalló la académica del Departamento de Ciencia Sociales y Políticas.
Pero llevar a cabo un cambio transformador del sistema dominante requiere que todas las personas piensen diferente, lo cual debe ir acompañado de un actuar y trabajar totalmente distintos, por ejemplo, fomentando más la apertura de empresas sociales y solidarias, que permitan la redistribución de la riqueza que se produce.
Además de que los procesos de manufactura tiendan a la sustentabilidad (evitando el dispendio de insumos y disminuyendo la generación de desperdicios), la gente debe adquirir como criterio de consumo anteponer el bien común a la satisfacción individual. Eso significa optar por la compra de productos de comercio justo y orgánicos, por ejemplo, como hacen las personas veganas, en pro de un bienestar para todos y todas.
Para que tengan una agenda de transformación, en todos los sectores productivos se deben desarrollar y fortalecer las capacidades y, obviamente, en esto las universidades tienen un papel preponderante, como hace la IBERO a través de su Maestría en Creación y Desarrollo de Empresas Sociales y Solidarias.
La doctora Bueno reconoció que, si bien, “estamos viendo cambios, tiene que haber una mayor radicalización de esos cambios”. Sin embargo, empresas y personas en diversas partes del mundo ya se están sumando a este nuevo modelo de desarrollo.
Por ejemplo, Apple está usando material reciclado para fabricar sus computadoras; en Holanda toda construcción nueva o remodelación tiene que utilizar materiales sustentables; en diversos países se estimula el uso bicicletas y del transporte público; y en otras naciones existen asociaciones de personas que sólo consumen productos orgánicos sustentables.
PEDRO RENDÓN